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Nuestro propósito

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Lo que proponemos y en lo que estamos trabajando es en que nuestros estudiantes conozcan conceptos elementales de lo que es la economía, empezando por la doméstica, ¿o acaso no deben saber nuestros hijos qué son gastos e ingresos, qué es una hipoteca, qué recibos pagamos cada mes y qué es lo que se puede comprar y no en función de nuestra capacidad de gasto?, ¿o no deben saber nuestros alumnos de qué recursos disponemos, en qué los gastamos y cuál es su responsabilidad en el correcto uso de los recursos? ¿o debemos mantenerlos en una urna de cristal ajenos a todo lo real, esperando que sean mayores y se enteren de los mecanismos que rigen la sociedad en que viven?

La necesidad de educar en estas cuestiones es una necesidad social, porque el contexto económico internacional, unido a otros factores como el desconocimiento generalizado de gran parte de la terminología financiera, causante, en gran medida, de la dramática situación que viven hoy en día muchas familias, obliga a poner en marcha proyectos que, desde un prisma educativo, cimente las bases de un futuro más seguro para nuestros jóvenes.

Se trata de que el buen uso de la economía acompañe a los estudiantes a lo largo de toda su formación. De este modo, conseguiremos que el fin último de la educación (formar y enseñar) acabe dando solución al gran problema de generaciones pasadas: el desconocimiento y la inocencia económica.

La capacidad de reacción ante las adversidades del ser humano es incuestionable y más cuando se dan herramientas para conseguirlo. No hay mayor herramienta que el conocimiento y la formación. La educación económica aparece como el camino más directo y seguro para que el mañana sea abordado con mayor garantía de éxito por estos alumnos que serán los hombres del mañana. Y es que cuando de forma práctica, a través del proyecto que se aborda como “algo de la vida cotidiana”, podemos hacer entender a nuestros alumnos que la economía y todos los conceptos adyacentes a ella no son todo ese compendio de palabras difíciles que ellos no comprenden, sino que se dan en su día a día y en el de sus familias, no estamos sino educando y formando a la vez.

Toda iniciativa encaminada a conseguir que nuestros alumnos sean más competentes es su quehacer diario ayudará a crear un futuro más alentador y más estable económicamente hablando...

No se trata de un proyecto de aprendizajes de conceptos y contenidos, se trata de una iniciativa donde se desarrollarán actividades dinámicas, donde se plantean situaciones de aprendizajes de manera espontánea y fieles a la realidad y donde se afianzarán valores educativos que harán a estos pequeños más sensibles, más preparados y más seguros.

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